Es increíblemente hermoso cómo en este tiempo, muchas personas en diferentes lugares del mundo, nutridas por las más diversas influencias vamos llegando a las mismas conclusiones sin ni siquiera intentar ponernos de acuerdo.
Mucha gente esta poniendo especial atención a aquella parte de nosotros que llamamos corazón y en la cual –sospechamos- reside la capacidad de sentir.
El sentir como opuesto-complemento del pensar es una capacidad poco desarrollada por la mayoría de seres humanos. Casi todos confundimos las emociones con el sentimiento y así pensamos que estamos sintiendo y nos conformamos al obtener esporádicamente emociones nobles pero pasajeras. Paralelamente tratamos de ocultar e ignorar todas las emociones negativas –que tanto nos incomodan- pero sin hacer un verdadero esfuerzo para liberarnos de ellas. Sin embargo esta capacidad de sentir es justamente el paso que tenemos por delante en nuestra evolución como seres y como humanidad.
Seres humanos profundamente confundidos tratan de impulsar formas de crecimiento y liberación basadas en el individualismo sin entender que cada forma cumple una función en un contexto de espacio y tiempo.
El desarrollo de la individuación fue una experiencia indispensable y riquísima en nuestra evolución humana pero sería ingenuo pensar que ahí termina el proyecto creador. Imaginémonos a los creadores invirtiendo tal cantidad de energía y recursos para desarrollar tan solo unos cuantos monstruosos y descomunales egos. Sería faltarles el respeto asumiendo su falta de proyección.
Ciertamente no hay que ser un iluminado para entender o por lo menos presentir que el plan continua.
Hemos logrado una sociedad basada en la exaltación del ego, construyendo una estructura piramidal en donde la gente compite despiadadamente por ascender y colocar su ego en la mejor posición posible.
Dejando atrás las viejas cadenas del bien y el mal, simplemente podemos decir que esto ya es inmaduro, infantil, primitivo, anacrónico.
No duden que un nuevo tiempo está cerca y esto no tiene nada que ver con extraterrestres ni delirios esotéricos, esta cerca por que esta estructura está pronta a colapsar. No es ninguna profecía ni mensaje de metatroón, es simplemente la historia. Las viejas formas son reemplazadas por nuevas formas más eficientes. En este caso, esta rígida estructura piramidal está colapsando por que justamente la base, el sustento de la pirámide está colapsando. La ingenuidad de quienes creen que pueden engañar, despojar y pauperizar al 80% de la población está llegando a su fin.
Si bien desde el comienzo de la humanidad hemos visto que existen seres más vulnerables a los vicios que genera el poder, en este tiempo y bajo la máscara de la democracia, la plutocracia copa todas las manifestaciones del poder con la vana intención de perpetuarse. Sin embargo lo que no han podido ver –a pesar de toda la inteligencia que creen tener- es que el universo tiene sus propios planes.
Y afortunadamente en estos planes esta la evolución del ser humano. Esta evolución significa concretamente ingresar en la dimensión del sentir. Llegar a la plenitud del ser humano que es el amor. Hasta ahí creo que todos estamos de acuerdo, lo siguiente ya depende de la inteligencia y la capacidad de comprensión de cada ser. La pregunta sería ¿Cómo podemos desarrollar el verdadero amor viviendo en un sistema en el que para poder subsistir tengo que ignorar y anular mi conciencia para no “sentir” el sufrimiento de miles de millones de personas que no tienen la “suerte” que “yo”.
Acá es donde creo que llegamos al final del “yo”, entendiendo cómo simplemente este elemento cumplió su función y si queremos continuar creciendo ya no es hacia afuera sino hacia adentro. El círculo completa su perfección cuando el “individuo” desarrollado regresa a la conciencia de que todos somos uno. Esta vueltita nos ha demorado 100,000 años.
Partimos de la tribu, luego desarrollamos la maravillosa experiencia individual para crecer y regresar a la tribu trayendo todo lo aprendido en el viaje, nuestra ofrenda. Ahora nuestra tribu se llama humanidad.
No les digo que se atormenten ni que sufran “pensando” en los demás, creo que ya bastante de eso tiene cada uno con lo propio. La propuesta concreta es, primero, entender que el individualismo llego al borde del abismo. Segundo, nos han hecho creer que la necesidad de vivir en un mundo más justo es creer en “utopías”. Para mi esa utopía se llama evolución y es la propuesta del universo, tendríamos que ser demasiados necios para rechazarla. Confío que no, que cada vez encuentro más gente más cerca del amor y de su propio corazón.
Lo que humildemente creo es que no se puede evolucionar enteramente solo en términos “espirituales” y trascender, dejando pendiente nuestra relación con la materialidad, que son nuestra madre tierra y nuestros hermanos (no tan afortunados).
El primer paso es tan solo entender, reconocer que esto puede ser así, el segundo, que lo que hago a otro me lo hago a mi mismo. Si trabajo por la libertad de alguien estoy trabajando por la mía, son dos piernas las que se tienen que mover por este camino sagrado directo al gran Ser.
Agradeciendo y agradeciendo la belleza de mis hermanos y hermanas que nos acompañamos en este camino al corazón.